Al final la sensación de nostalgia vuelve, como cada mes de Diciembre. Y resulta que se ha ido otro año, en un abrir y cerrar de ojos. Te das cuenta, de que todo lo que sueñas en Enero, lo sigues deseando en Diciembre.
Y comprendes que por ejemplo, los amores de verano, son sólo para aprender. Y que los mejores momentos de reflexion son durante la noche, donde te encuentras contigo mismo, y dejan de existir los demás.
También empiezas a entender que las sonrisas no son el reflejo de la felicidad, sino un escudo que permite adaptarse al mundo que te rodea.
Que no todo aquel que te sonríe es tu amigo, pero si quien te dice las cosas yendo al grano.
¿Y qué hacer antes esta situación?
Quizás volver a soñar con la infancias, donde el único dolor que valía era el de las heridas de las rodillas, y no las del corazón. O viajar, pero sola. Por que así tal vez se olviden las penas, el amor, o simplemente quiénes somos
No hay comentarios:
Publicar un comentario